Desde 1723 se celebra cada 12 de octubre la festividad de Nuestra Señora del Pilar como patrona de España. Una vez finalizada la construcción de la basílica del Pilar en 1872 el camarin de la Pilarica se llenaba de flores todos los 2 de enero y 12 de octubre. Por esta razón, 76 años después, comenzaron las peticiones para realizar una gran ofrenda de flores cada 12 de octubre.
La primera Ofrenda de Flores que se realizó en las Fiestas del Pilar de Zaragoza fue en 1958 y se decidió situar a la Virgen en la fachada principal de la basílica. El acto duró dos horas y en el participaron unas 2000 personas.
Esta ofrenda se fue consolidando en el tiempo y aumentando cada año el número de participantes y el de ramos y flores ofrecidos. De los mil claveles que Ayuntamiento adquirió el primer año a las 12.000 docenas de ramos que se depositaron en el manto del a Virgen en 1965.
La Ofrenda se ha convertido en uno de los actos más importantes de las fiestas patronales de Zaragoza y sin duda uno de los que más público acoge.
Desde primera hora de la mañana los oferentes, venidos de todo el país y hasta de otras partes del mundo, se visten con los trajes típicos de cada región y comienzan a desfilar por las principales calles de Zaragoza hasta llegar a la plaza del Pilar donde depositan sus ramos a los pies de la Virgen.
Las jotas aragonesas acompañan este ir y venir de devotos que con sus ramos van conformando el florido manto de la Virgen del Pilar en una fiesta que ya es “Fiestas de Interés Turístico Nacional”.
En 1998 el director de cine Bigas Luna propuso el cambio de localización de la Virgen que pasó de estar en la fachada de la basílica a ubicarla en el centro de la plaza. Con esta decisión ganó en espectacularidad y en tamaño
El manto florido de la Virgen mide más de 15 metros de alto (18 metros de ancho y tiene una profundidad de 55 metros)
Se depositan más de 6 millones de flores
La imagen de la Pilarica mide más de 3 metros de alto con una estructura muy solida que le permite soportar las fuertes rachas de cierzo.
La Cruz de Lorena. Esta cruz, es el símbolo de la lucha contra la tuberculosis. Y se ofrecía en forma de claveles rojos a la Virgen de parte del Sanatorio Antituberculoso “El Cascajo”, hoy conocido como Hospital General Royo Villanova. A sus inicios era entregada a la Virgen por la Reina de las Fiestas del Pilar y cuando esta figura desapareció los encargados de hacer entrega de este presente fueron los miembros de la Asociación Cruz de Lorena formada por personal del Royo Villanova que desde entonces han mantenido la tradición.
El montaje de la estructura dura un día y debido a la leve inclinación que presenta la plaza del Pilar lo más costoso de la puesta en marcha en conseguir nivelar el piso de la estructura.
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