Sobre el agua tranquila de una fuente
donde antaño llenaban el caldero,
su capilla inaugura, desde siempre,
las primeras semblanzas de Febrero.
En los huecos del alma, y de la plaza,
queda escrita la historia de otro tiempo
con la huella de iglesia, que se erguía,
custodiando la entrada a nuestro pueblo.
Ese santo que vela noche y día
es patrón de gargantas. ¡Milagrero!
Y en llegando su fecha, se prepara
a vivir otra fiesta el barrio entero.
Las carretas marcharon tempraneras.
Traerán desde el monte los maderos
que arderán sin dudar, en esa hoguera
de vecinos alegres, y festeros.
Será tarde de dulce cocholate
con raspao, con la rifa, con sorteo...
Y la llama, en la noche, se hará dueña
de la luz de la estrella, y del lucero.
Dorarán en las brasas los asados:
choricicos, morcillas... o cordero.
¡Hasta vino tendrán, que riegue bocas...!
¡Si me apuran, harán hasta puchero!
Y San Blas mirará con el agrado
del buen padre que cuida a sus romeros.
Se alzará en procesión, sobre los hombros,
como hicieron también nuestros abuelos...
¡¡A sus pies nos trendrá, para mostrarle
el fervor y el cariño de su pueblo!!
¡¡Viva San Blas!!
Autora : Teresa Rubira.
Viva!!! Preciosa...
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