Mirando siempre a los cielos
ha vivido el labrador
para esperar esa lluvia
que a veces, no le llegó.
Sobre la tierra reseca,
con entrega y con tesón,
iban dejando su huella
marcada, de sol a sol.
Y así creció cada espiga
regada con el sudor
que nuestros padres dejaban
entre el surco y el calor.
Montes que saben de historias,
de pobrezas, de dolor.
Pero también de esperanza,
de entereza y de valor.
Hoy nos congrega esta ermita
en la hermosa tradición
que siguen los hijaranos
con respeto, y con amor.
Siempre mirando a los cielos
ha vivido el labrador...
Al mismo cielo miramos
para rezar la oración
que sembrada sobre el alma
germinó en el corazón:
Pues eres de nuestros campos
noble figura y Patrón,
San Isidro, te pedimos,
por siempre tu protección.
Y si a tu ermita llamamos
con humilde devoción,
gracia derramen tus manos
y nos den su bendición.
¡¡Viva San Isidro!!
Autora : Teresa Rubira.
Prima, ya te felicitado, pero siempre dejas tu huella en cada Santo, al que tenemos devoción en nuestro querido Hijar.
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