Esta semana, en nuestra sección de " Paseando por la historia ", queremos recordar la figura del farolero, que desempeño una gran labor en nuestra localidad.
Aunque parezca mentira, hace menos de un siglo todavía existía este oficio en nuestro pueblo. Como sea que los funcionarios de la calle eran oficios muy mal pagados, en Navidad repartían felicitaciones y pedían la voluntad a los vecinos del pueblo.
Los faroleros eran empleados municipales encargados de encender las farolas cada noche, así como del perfecto mantenimiento de las mismas. En los pueblos pequeños se trataba una sola persona , y tenía asignado un sector con determinadas calles y farolas.
Al amanecer, este empleado se encargaba de cambiar las mechas y llenar el depósito de aceite para la noche siguiente, asegurándose de la correcta limpieza de las farolas en general y muy especialmente de los cristales de la misma, a fin de conseguir la máxima luz posible.
La mayor parte de estos empleados municipales se encargaban también del oficio de sereno por lo que, para su seguridad, los faroleros llevaban también un chuzo (especie de lanceta), una linterna y un pito.
¡Qué foto más preciosa! Y la información, entrañable. Gracias.
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