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domingo, 22 de octubre de 2017

CURIOSIDADES DE LA VIDA DIARIA EN CALIFORNIA III . Autor : Enrique Garralaga Robres.


TERCERA PARTE

Hoy les voy a contar particularidades de California en relación con el comercio y el ocio. La ciudad en la que vivo temporalmente, llamada Roseville, es muy comercial. Viene hasta aquí a comprar gente, no solo de las poblaciones pequeñas de los alrededores, sino incluso desde Sacramento, ciudad bastante mayor que ésta, que está a menos de 30 km (esta distancia es muy pequeña para los norteamericanos, que van a todos sitios en coche).

Hay varios grandes centros comerciales, desde uno muy lujoso, en el que se encuentran las principales marcas mundiales de joyería, ropa, muebles, calzado, etc, hasta otros más moderados en su precio. Hay también muchos “outlets”, en los que se puede encontrar ropa, calzado, etc, a precios muy interesantes, incluso si los comparamos con los de España.


Un centro comercial en Roseville

Los centros de ocio, que incluyen una gran oferta de bares, restaurantes, cines, o deportes: golf, tenis,  etc, son numerosos. Contrariamente a lo que yo suponía antes de venir aquí, suelen estar muy concurridos, incluso entre semana. Pero es sobre todo en los fines de semana, cuando se ve más público, y especialmente en el “pay day” (el día en el que se cobra el sueldo, que aquí normalmente es cada dos semanas).


Centro de ocio en Roseville: todos edificios son bares, cafeterías,  restaurantes, etc

Los bares son aquí muy grandes y están muy bien atendidos por muchos camareros. En la barra, que suele ser muy larga, hay muchos monitores de TV, donde habitualmente hay gente viendo partidos de béisbol o de baloncesto. Hay muchas más clases de cerveza en California que en España, y en general es muy buena. También observé que se consume bastante vino en los restaurantes. El de California es muy variado y bueno, aunque mucho más caro que en España. También se encuentra vino francés, italiano y español. He visto, aunque pocas veces, vino de Cariñena. 



Ahora les comentaré algunas peculiaridades que he observado en relación con los precios de la compra en los comercios y en los lugares de ocio:

En primer lugar, el sistema de unidades que se utiliza en Norteamérica en los comercios es algo complicado. La unidad de peso habitual es la Libra, que equivale a algo menos de medio kilo (453,6 g.). Cada libra tiene 16 onzas, por lo que una onza son unos 28 g. La unidad de volumen es el galón, que equivale a 3,78 litros. Cuesta un poco habituarse a estas unidades tan extrañas. Pero además las distancias se miden en millas, pies y pulgadas, y la temperatura en grados Fahrenheit…No les aburriré con estos detalles. En las Universidades y Escuelas Técnicas Norteamericanas usan, lógicamente, nuestro Sistema Métrico Decimal, que es mucho más racional.

Pero por si lo anterior no fuera suficientemente confuso, tienen aquí una costumbre que me resulta chocante: En los comercios de cualquier clase, bien sea en la sección de charcutería, en la de ropa, en la de telefonía móvil, en la de perfumería, en la de automóviles… en todas, el precio que aparece marcado en todos los artículos nunca incluye el “tax” (el IVA), por lo que a la hora de pagar, la suma total siempre será superior a la que suponíamos en un principio. Además, el tipo de IVA que se aplica no es el mismo para todos los artículos, por lo que nos resultará imposible saber de antemano cuál va a ser el costo final de nuestra compra. Como aquí se paga todo con tarjeta, y no con dinero en efectivo, eso no les supone a los clientes mucho problema. Y además, así el comerciante no tiene problemas con devolver el cambio.

Todavía es más engañoso el precio que vemos en la carta de los restaurantes: en la carta de los restaurantes lo que se lee son los precios de cada plato y de cada bebida, pero sin incluir los impuestos, que por supuesto, nos los añadirán al pagar la factura para marcharnos. Pero no sólo eso: además, tampoco va incluida la propina, que es casi obligatoria. Sólo no se da propina en el caso de que estés muy enfadado con el camarero, porque te haya servido mal, te haya hecho esperar demasiado tiempo sin atenderte, etc.

Suele ser entre el 15 y el 25 % del precio total que aparece en la factura (que además ya lleva incluidos los impuestos). Por este motivo, los camareros y camareras suelen ser muy atentos, para animarte a que consumas mayor cantidad de comidas y bebidas, porque así ellos tendrán más propina.  Por eso, en los restaurantes, cuando te presentan la factura de tu consumición, al final de ella se lee algo que nos resultaría absolutamente sorprendente en Europa: “Propina mínima propuesta..X dólares”. “Propina recomendada…entre X e Y dólares”. O sea, que el camarero se permite decirte qué propina espera que le des.

Otro tanto ocurre en los bares, lo mismo si estás en la barra, que si estás sentado en una mesa. Al contrario que en casi todos los bares de los países europeos, aquí no se paga cuando te sirven, sino cuando te vas (como en España). Pero entonces te presentan siempre una factura escrita, en la que figura tu consumición más los impuestos, y además, el camarero espera su propina de al menos un 15 % de la cantidad total. Por eso, también en los bares se paga casi siempre con tarjeta.

Los bares son más caros que en España. En casi todos ellos hay, varios días cada semana, la llamada “happy hour” (la hora feliz) que en realidad dura tres o cuatro horas, y en la cual hay rebajas en el precio de las consumiciones, que pueden llegar hasta el 50 %.

En un país como éste, tan consumista, se emplean a veces métodos comerciales que parecen absurdos. Pongo un ejemplo: si en España ves un anuncio que dice: “3 pares de calcetines, 15 dólares”, se entiende que si compras los tres pares, te habrán costado 5 dólares cada  uno, pero si sólo compras un par, te va a costar más de 5 dólares. Sin embargo, aquí en California, a pesar de haber leído textualmente la misma frase anterior, te encuentras con que un solo par de calcetines vale 5 dólares, dos pares valen 10 dólares y tres pares, valen 15 dólares. Es decir que la frase publicitaria “3 pares de calcetines, 15 dólares” solamente tiene sentido para animarte a consumir más pares de calcetines, sin que por ello te hagan ninguna rebaja adicional.

Un truco similar al anterior, para vender más en los restaurantes, consiste en que los platos que se sirven, son casi siempre muy grandes, y muchas veces no te puedes terminar toda la comida. Pero no está mal visto, ni mucho menos, que pidas una pequeña caja de cartón, que los camareros ya tienen preparada, para llevarte a casa la comida sobrante. También es posible y frecuente, en el caso del vino, que te lo traigas tú mismo desde casa, si es que allí no tienen el vino que tú quieres.



En los hogares norteamericanos se celebra mucho el “Halloween”

Terminaré mencionando que aquí, tanto en los centros comerciales como en los hogares familiares es muy popular la costumbre (extraña para mí) de decorar, en general exageradamente, y con motivos decorativos tétricos, el interior y el exterior de los edificios para la noche de “Halloween”, el 31 de Octubre. Ahora mismo ya se ven por todas partes este tipo de adornos. Por cierto, el día siguiente, 1 de Noviembre, no es aquí ni día festivo laboral ni día festivo escolar.




Saludos desde Roseville, California.  ( Continuara... )

Autor :  Enrique Garralaga Robres .

1 comentario:

  1. Gracias Enrique, con tus escritos me has echo conocer, las costumbres norteamericanas, no me podía imaginar, lo de la propina, aquí le diríamos al camarero "que cara tiene este tío". Como cuando veo Rte. Indiscreto, no veo la factura.
    Que te diviertas mucho, goza de la compañía de tus hijos, no dejes de informarnos, y disfrutar de vuestro aniversario.

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