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lunes, 13 de febrero de 2017
PASEANDO POR LA HISTORIA : La fundación del Monasterio de la Resurección del Santo Sepulcro de Zaragoza. Fuente : Ecured.
La fundación del Monasterio de la Resurrección de Zaragoza es obra de doña Marquesa Gil de Rada en los primeros años del Siglo XIV. Hasta que Fernando López Rajadel presenta sus investigaciones sobre el tema en las II Jornadas de Estudio de la Orden del Santo Sepulcro en 1995, se venía aceptando para este hecho la fecha de 1276 en la que Zurita recoge el nombre de la fundadora.
Como es en este año cuando muere el rey Jaime I el Conquistador, el historiador hace una reseña de su vida en la que incluye la relación de sus hijos, entre los que se cita a Pedro Fernández de Híjar, hijo legitimo, que lo tuvo con Berenguela Fernández, y del que dice que estuvo casado en segundas nupcias con Marquesa Gil de Rada, que fundo el monasterio del Santo Sepulcro de Zaragoza. Ahora sabemos que es en el año 1304 cuando debe de datarse la fundación, fecha en la que doña Marquesa otorga testamento poco antes de su muerte.
Una segunda cuestión que también clarifica la investigación de López Rajadel es la relacionada con algunos de sus datos biográficos que la hacen hija natural del rey Teobaldo de Navarra y de una tal Marquesa López de Rada. A pesar de los pocos elementos disponibles, se puede afirmar que fue hija de don Gil de Rada II, quien tuvo gran influencia en las cortes de los reyes de Navarra y de Aragón, y doña Marquesa López de Haro.
En cuanto a su marido, don Pedro Fernández de Híjar, fue reconocido como hijo en el testamento que Jaime I otorga en 1272, aunque cuatro años antes, en 1268, le había hecho ya donación del Señorío de Híjar. Casado en primeras nupcias con doña Teresa Gombal de Entenza, a la muerte de ésta sin haberle dado descendencia, contrajo matrimonio con doña Marquesa en fecha imprecisa, aunque anterior a 1285, ya que en este año ambos confirman la carta de población que don Pedro y su primera mujer habían concedido a los pobladores de Híjar. Pedro Fernández debió de morir en la primavera de 1300, heredando el Señorío su hijo, del mismo nombre, fruto de su matrimonio con doña Marquesa.
Es en este año de 1300 cuando puede decirse que nace la institución monástica, concretamente el 10 de noviembre, cuando, ante Joan de Escatrón, notario de Híjar, la fundadora, que acababa de enviudar hacía unos meses, se hace “freyra e sierva” de la orden del Santo Sepulcro y funda una comunidad religiosa de la Orden que toma como sede la iglesia y casas de Santa María de la Villa Vieja de Híjar, dotándola de varias de sus propiedades. La nueva fundación la coloca bajo el Prior de la Orden del Santo Sepulcro de Aragón, reservándose su familia el Patronato sobre el monasterio.
Un documento importante para conocer esta primera etapa de la Orden en Híjar lo constituye el testamento de doña Marquesa, otorgado en Híjar ante el notario Bartolomé Marcho, de Samper de Calanda, el día 28 de enero de 1304, una copia del cual se conserva en el archivo del Monasterio y que también fue dado a conocer por López Rajadel.
Es en este documento donde aparece por primera vez su voluntad de edificar una capilla del Santo Sepulcro en Zaragoza, donde deberá ser enterrada si la iglesia de Santa María de la Villa Vieja de Híjar no pasaba a poder de la Orden : “primeramente eleyo la mia sepultura en al iglesia de Santa María de la Villa Viellya de Izar, soz tal condicion, si el dito lugar fincara a la Horden del Santo Sepulcro. E si a la dita Horden non fincara que seya traslatato el mi cuerpo a la capiella mia de Çaragoça, la qual yo edifique ha honor de Deus et de la Horden del Santo Sepulcro”.
La Comunidad debió de ser reducida en sus inicios, conociéndose los nombres de las mujeres que acompañaron a la fundadora en su retiro. Fueron doña Teresa López de Rada, doña Urraca López de Rada y Marquesa, que al citarse solamente con el nombre parece ser que era una niña o joven de la que no se dice expresamente que fuese monja, a quienes llama en su testamento “parientas”.
Además había otras siete mujeres de una condición social inferior. Así, ya desde el comienzo la comunidad se divide en personas de tres categorías: las “dueñas” eran las monjas, de condición social más elevada; las “monjas de obediencia” y la siervas serían las encargadas de realizar las tareas domésticas; por último, las niñas y chicas jóvenes que ingresaban en la comunidad con sus madres viudas, o que eran entregadas a la misma para su educación y custodia, como sería el caso de Marquesa. A ellas habría que añadir el capellán, que en estos primeros momentos es fray Miguel de Olorón, miembro de la Orden del Santo Sepulcro.
Parece ser que doña Marquesa falleció al poco de otorgar testamento, pues se cita como difunta en la orden, fechada el 15 de marzo de 1304 en Calatayud, que el Rey Jaime II de Aragón da a Gil Tarin, Merino de Zaragoza, para que cambie unos corrales del rey, situados extramuros de la ciudad, por otras propiedades de la Orden del Santo Sepulcro. Esta petición la había hecho el prior del Santo Sepulcro de Calatayud para construir en el lugar que ocupaban estos corrales un monasterio de la Orden. El cambio de los corrales por unas casas propiedad del Santo Sepulcro en la parroquia de San Pablo se realizó en 1310.
Se conoce un documento fechado el 15 de junio de ese mismo año, por el que el mismo rey, a petición del Prior de Calatayud, fray Fernando de Verdejo, concede licencia para abrir un postigo o puerta en el muro de la ciudad contiguo a las casa que dono doña Marquesa para la construcción del monasterio.
La fundación canónica del monasterio tiene lugar el 13 de mayo de 1306, cuando las religiosas que integran la comunidad prestan obediencia ante fray Bernardo, Prior de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, y se someten a la regla y costumbres de la Orden, comprometiéndose a seguir la liturgia de Jerusalén, siendo testigos otros miembros de la Orden , entre los que se cita a Pedro de Lacería, a fray Fernando de Verdejo, Prior de Aragón, y a fray Pedro de Barbastro, prior de Castilla. A este acto de obediencia siguió la confirmación de doña Teresa López de Rada como priora del monasterio, imponiéndole fray Bernardo el anillo distintivo de su autoridad.
Fuente : Ecured
Muy interesante y didactica.
ResponderEliminarDa gusto leer las noticias sobre hechos antiguos, tan bien comentadas y tan bien documentadas. Gracias
ResponderEliminarEste monasterio se puede visitar todos los lunes a las 11 h. Y si se quiere visitar en grupo organizado se puede concertar día en infocanonesas@gmail.com
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