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jueves, 8 de septiembre de 2016

SEGURIDAD VIAL : Los controles de alcoholemia.


Los controles de alcoholemia tienen dos objetivos claros: por un lado, disuadir a posibles conductores para que no ingieran nada de alcohol antes de coger el coche y por otro, detener y sancionar a las personas que vayan conduciendo con una tasa de alcohol por encima del máximo establecido.

Se establece en 0,5 gr/litro en sangre y 0,25 mg/litro en aire respirado la tasa máxima de alcohol permitida para todos los conductores en general. En el caso de los conductores noveles y profesionales, esta tasa se reduce a 0,3 gr/litro en sangre y 0,15 mg/litro en aire respirado.

Normalmente los controles de alcoholemia que se realizan en carretera o en la vía pública miden el aire respirado, ya que para medir el alcohol en sangre es necesario un análisis.

Si te ves involucrado en un accidente causado por otro conductor ebrio, ante todo es muy importante mantener la calma y salvaguardar tu integridad junto con la de tus acompañantes. 

¿Cómo es un control de alcoholemia?

Si nunca has vivido en primera persona un control de alcoholemia y no sabes cómo actuar, deberás saber que este proceso comienza con la información del procedimiento por parte del agente (modo de actuación, derechos y sanciones si no realizas voluntariamente la prueba).

Después, la autoridad te ofrecerá una boquilla totalmente esterilizada para soplar  y que deberás colocar en el aparato medidor. Tendrás que realizar un soplido intenso e intentar mantenerlo hasta que el aparato emita una señal sonora que indica que la prueba ha finalizado.

Prueba de alcohol 

No someterse a la prueba de alcoholemia se considera un delito de desobediencia y se castiga con penas de prisión.

El alcoholímetro reflejará un resultado. Si es cero, el agente te permitirá marchar sin ningún problema. En cambio, si el valor es positivo pero inferior al límite establecido no tendrás ninguna sanción, pero quizás estés obligado a repetir la prueba en los 15 minutos posteriores para comprobar si la tasa de alcohol se ha reducido o ha aumentado. Si después de esta segunda prueba, el valor sigue estando por debajo del máximo permitido, la autoridad competente te dejará marchar. 

En el caso más extremo nos encontramos con que la prueba exceda el límite marcado. Igual que en la situación anterior, deberás volver a soplar pasados 15 minutos y si la tasa ha disminuido y es inferior al máximo, podrás irte sin problemas, pero si el valor sigue estando por encima de la tasa máxima, se abrirá un proceso sancionador y no podrás seguir conduciendo. Para mover el coche hará falta otro conductor que demuestre que no está bajo los efectos del alcohol o el coche será retenido.

Control de alcoholemia

Superar el límite máximo supone una pena administrativas o un delito con penas de prisión, según el caso.

Sanciones

Conducir con un nivel de alcohol en la sangre superior al permitido puede tratarse como una infracción administrativa o como un delito penal, según el caso. Si los valores de alcohol superan ligeramente el límite (hasta 0,5 mg/litro en aire espirado y 0,3 mg/litro para conductores noveles y profesionales), la sanción es administrativa con una multa de 1.000 euros y 6 puntos de carnet.

Si se supera el límite de 0,6 mg/litro (0,3 mg/litro noveles y profesionales) las penas pueden ser de prisión desde 3 a 6 meses, multa equivalente o trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días, junto con la retirada del permiso de conducir durante 1 o 4 años.

Ante un control de alcoholemia, en la manera de actuar nunca podemos negarnos a realizarlo, ya que se considera un delito de desobediencia grave y se castiga con pena de prisión de 6 a 12 meses y privación del derecho a conducir entre 1 y 4 años.

Fuente :  Direccion General de Trafico .

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